PATRIMONIO EXPOLIADO El párroco y los vecinos denunciaron los hechos al Concello, a Patrimonio y a la Guardia CivilA las nueve y media de la mañana, los feligreses que acudieron a la primera misas dominical en la iglesia de Brantuas-Ponteceso, se encontraron con el cruceiro hecho trizas. La desagradable sorpresa pronto se extendió por toda la parroquia y poco después se produjeron otros dos hallazgos semejantes, uno en el camposanto y otro en el muro de un chalé. Según parece, un grupo de desconocidos se dedicó la noche del sábado al derribo de cruces. Los hechos fueron denunciados en el Concello, Patrimonio y la Guardia Civil. Este tipo de hechos son bastante frecuentes, al igual que los robos, como el ocurrido en Meanos-Zas.
El cruceiro de Brantuas es relativamente reciente, aunque el cura, que sólo lleva cinco años en la parroquia, no puede precisar cuándo fue instalado. Algunos vecinos recuerdan que fue encargado a canteros de Pontevedra, aunque el fuste es obra de artesanos locales. El sacerdote recordó además, que el templo está catalogado en las normas subsidiarias de la provincia de A Coruña
En la misma zona, en el muro del cementerio, también apareció derribada una de las cruces de piedra, que formaba parte de un antiguo viacrucis. Asimismo, otro símbolo de este tipo que estaba en el muro de un chalé también fue arrandado de su emplazamiento. En ninguno de los casos hubo robo, como ocurrió en MeanosZas, donde desaparecieron el fuste, el capitel y la cruz.
Desaprensivos
El alcalde de Ponteceso tenía ayer muy claro que la acción fue obra de unos desaprensivos. Lo mismo pensaban los vecinos. Sin embargo, el parrocó no quiso «hacer juicios de valor» y aventuró la posibilidad de que el temporal hubiera provocado los daños, aunque señaló que es importante «que la gente intente comprender porque este tipo de cosas forman parte del patrimonio de todos y está por encima de ideologías o formas de pensar». Del cruceiro apenas quedó entera la imagen de la Virgen María y el capitel, con rostos de ángeles en relieve.
Muchos feligreses se sintieron heridos por la pérdida, puesto que, sobre todo, el cruceiro era el utilizado para las procesiones y tenía un importante valor sentimental, según comentó también el alcalde, quien afirmó que los autores utilizaron probablemente un automóvil para tirar del fueste.
En la misma zona, en el muro del cementerio, también apareció derribada una de las cruces de piedra, que formaba parte de un antiguo viacrucis. Asimismo, otro símbolo de este tipo que estaba en el muro de un chalé también fue arrandado de su emplazamiento. En ninguno de los casos hubo robo, como ocurrió en MeanosZas, donde desaparecieron el fuste, el capitel y la cruz.
Desaprensivos
El alcalde de Ponteceso tenía ayer muy claro que la acción fue obra de unos desaprensivos. Lo mismo pensaban los vecinos. Sin embargo, el parrocó no quiso «hacer juicios de valor» y aventuró la posibilidad de que el temporal hubiera provocado los daños, aunque señaló que es importante «que la gente intente comprender porque este tipo de cosas forman parte del patrimonio de todos y está por encima de ideologías o formas de pensar». Del cruceiro apenas quedó entera la imagen de la Virgen María y el capitel, con rostos de ángeles en relieve.
Muchos feligreses se sintieron heridos por la pérdida, puesto que, sobre todo, el cruceiro era el utilizado para las procesiones y tenía un importante valor sentimental, según comentó también el alcalde, quien afirmó que los autores utilizaron probablemente un automóvil para tirar del fueste.
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