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domingo, 20 de abril de 2008

El patrimonio no tiene seguro de vida

.......................................................SANDRA ALONSO
Pedra do Home(Portomouro-Val do Dubra)
...............................................SANDRA ALONSO


.......................................................... ANXO ABALO


Los peregrinos del Camino Portugués, en Padrón, deben dar la vuelta ante la imposibilidad de sortear esta valla


Emma Araújo
Localidad:
santiago
?uando toda Galicia, y más concretamente el área de influencia de Santiago, está inmersa en los preparativos para el inminente Año Santo 2004, la localización de varios puntos negros en lo que a cuidado del patrimonio se refiere ha desatado la voz de alarma.
A la falta de presupuesto de los concellos que tienen en su suelo construcciones de mayor o menor interés y protección, combinada en muchos casos con la escasa conciencia del valor y del cuidado de su patrimonio, se añaden los problemas derivados del propio conocimiento de la riqueza que hay que proteger o que ya se ha deteriorado. Esta situación es especialmente grave en las zonas arqueológicas reconocidas como tales pero que todavía no han sido investigadas y que en ocasiones son difícilmente identificables por cualquier neófito en la materia.
Hombre y naturaleza
El caso más flagrante y de notoria actualidad es el de la mámoa de San Nicolao, en el término municipal de Frades. Hace dos semanas, la asociación cultural Obradorio da Historia presentó sendas denuncias ante la Dirección Xeral de Patrimonio al comprobar que al menos una tercera parte de esta estructura megalítica estaba destrozada como consecuencia del paso de una pala de grandes dimensiones.
Todo apunta a que quien pasó por el lugar no conocía en absoluto que el montículo ahora parcialmente destrozado era en realidad una construcción prehistórica de al menos cinco mil años de antigüedad que evidencia la presencia del hombre desde tiempos inmemoriales. Toda una joya, que desde hace un mes ha perdido gran parte de su valor.
Algo muy similar ocurrió con el dolmen de Tordoia. Aunque no es tan conocido como el de Dombate, su estructura está muy bien conservada, pese a que el año pasado resultó gravemente dañado. En aquel caso fue la corporación municipal la que denunció los hechos. Las investigaciones llevadas a cabo entonces constataron que el paraje recibía visitas de grupos de personas que por ignorancia o atrevimiento trepaban por el monumento megalítico.
Pero el culpable no siempre es el hombre. Las últimas investigaciones apuntan a que en este caso el hombre creó y la naturaleza destruyó. Las raíces de los árboles de la zona podrían haber contribuido a desestabilizar las rocas, provocando una rotura en la losa superior del dolmen. Así lo explica el regidor tordoiés, que se basa en los informes elaborados por el servicio de arqueología de la Diputación Provincial de A Coruña, propietaria de los terrenos sobre los que se asienta el monumento funerario.
El Camino tampoco se libra
Por extraña y lejana que parezca esta situación, de estos problemas no se libra ni el Camino de Santiago, más concretamente el tramo portugués. Este itinerario, cuyo estado de conservación general dista años luz del francés, debe afrontar en los próximos meses un escollo que parece insalvable: un vecino de Padrón, que recibió los terrenos por los que discurre el Camino de un proceso de concentración parcelaria, decidió vallar su propiedad. Con la documentación que obra en su poder, por el lugar no discurre ni un simple sendero.
En este caso, al desconocimiento de los particulares sobre la trascendencia e importancia del este Camino se añade el olvido institucional a la hora de concentrar la superficie de monte en el tramo de Padrón, cerca del alto de Faramello, a las puertas de Compostela.
Esta situación ha obligado a la Consellería de Cultura a buscar soluciones que oscilan desde la negociación con el particular hasta la búsqueda de alternativas que pasan por desviar el camino, bien por la carretera nacional o por la vía del tren. El Concello de Padrón, mientras tanto, se ampara en el entramado burocrático.
Situaciones como éstas ocurren pese a los medios jurídicos, humanos y técnicos creados para evitar este tipo de destrozos. La Ley de Patrimonio atribuye a todos los ciudadanos el deber y la obligación de proteger y también denunciar cualquier atentado. ¿Quién lo hace? La Policía Autonómica, tal y como reconoce la Consellería de Cultura, actúa de oficio en múltiples ocasiones aunque, explican en la Xunta, cada vez hay mayor conciencia y consciencia de la importancia de preservar el legado de los ancestros. En el caso de Frades, fue una asociación cultural, y en Padrón fue un vecino que pasaba por allí quien alertó de lo ocurrido. Cuando esto ocurre y el mal ya está hecho hay un protocolo a seguir: informe técnico de Patrimonio, investigación y, a veces, sanción.

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