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viernes, 18 de abril de 2008

Vecinos de la parroquia sonense de Nebra esperan hace más de un año a que se repare un cruceiro

......................................................................................S. A

El monumento, ubicado en el lugar de Quintáns, rompió en dos ocasiones como consecuencia de la colisión de automóvilesEl cruceiro de Quintáns, situado en la parroquia sonense de Nebra, parece estar abonado a las desgracias. En los últimos años, esta pieza, esculpida a finales del siglo XIX, ha sido «víctima» de dos agresiones por parte de automóviles. En la primera ocasión, el autor de los hechos puso pies en Polvorosa por lo que tuvieron que ser los propios vecinos los que corrieron con los gastos después de ver cómo pasaba el tiempo -aseguran que unos siete años- sin que nadie se hiciera cargo de la reparación. El último incidente ocurrió, según los habitantes del lugar, hace más de un año. Desde entonces, los trozos están guardados en una casa.

SARA ARES
Localidad:
PORTO DO SON. Corresponsal

Gran parte del patrimonio arquitectónico y arqueológico de la zona está en alerta roja. Son muchas las amenazas a las que se encuentran sometidos los monumentos, que en no pocas ocasiones culminan en desgracia. Algunas agresiones responden a fechorías vandálicas; otras, simplemente, son cuestión de mala suerte, carencia de las debidas precauciones.
A la página negra escrita días atrás por el desenclavo de Eiroa, se añade ahora un segundo capítulo, si cabe todavía más indignante, si se tiene en cuenta que tuvo lugar hace más de un año, según narran los vecinos del núcleo de Quintáns.
Es precisamente en esta aldea sonense donde desde finales del siglo XIX los habitantes veneran y profesan un cariño especial a la imagen de Cristo que corona un cruceiro.
Primer accidente
Un aciago día, un turismo, que no pudo ser identificado, colisionó con la pieza dejándola convertida en un montón de trozos. Pasaban los años sin que las autoridades tomasen cartas en el asunto hasta que los vecinos, entre ellos el ya fallecido Manuel Pose, optaron por reunir dinero para mandar que lo restaurasen.
Incluso, reforzaron la base y lo desplazaron unos centímetros para que estuviese más seguro y protegido. No sirvió de mucho ya que, al parecer, hace más de un año volvió a sufrir un segundo impacto -con peores consecuencias- por parte de un camión grúa.
La concejala de Cultura, Marisa Abeijón, asegura que existe un compromiso por parte de la Dirección Xeral de Patrimonio de reparar la cruz y añade que la policía local ya identificó al vehículo infractor.
No obstante, los vecinos, como es el caso de José Romero, consideran un despropósito que haya pasado tanto tiempo sin que nadie intervenga, mientras los restos permanecen guardados en el sótano de una persona particular.
En lo que atañe a los destrozos ocasionados, no han sido tan importantes en este caso como los registrados en el de Eiroa, en Noia.
Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2001/07/19/667875.shtml

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