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sábado, 19 de abril de 2008

Patrimonio investiga la destrucción de una parte de un castro de Vimianzo



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La fortificación castreña está situada en la zona conocida como O Sino, en Lavandeira-CastreloUnas obras de explanación del monte afectan al muro exterior y a otro interior

La Consellería de Cultura investiga el posible alcance de la destrucción de parte de un castro situado en los montes de O Sino, en el lugar de Lavandeira (Castrelo-Vimianzo).
En los últimos días se han llevado a cabo obras de explanación en una finca particular para plantar eucaliptos. Al parecer, las máquinas se llevaron por delante una parte del muro exterior de la fortificación castreña y un montículo interior, orientado de forma longitudinal de norte a sur.
Este castro nunca ha sido muy conocido por lo difícil de su acceso, pero es uno de los más importantes del municipio. De hecho, antes de año 1986, sólo constaba esta fortificación y la de As Barreiras, en Ogas, como ejemplos de la cultura castreña. De tamaño medio, está catalogada en Patrimonio con el nombre de Citania de Vilaseco o Igrexa Vella. En las normas subsidiarias municipales también consta su existencia.
El alcalde, Alejandro Rodríguez, comentó ayer que desconocía la zona y tampoco tenía constancia de que se hayan llevado a cabo las obras.
El castro de Lavandeira está situado muy cerca de Caolines de Vimianzo y al lado del río Castro. Las fincas que lo atraviesan, relativamente pequeñas, pertenecen a numerosos propietarios de la zona.



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Hallados fragmentos de vasijas y tejas en el castro de Vimianzo
El Concello paralizó las obras de explanación en la fortificación de CastreloUn arqueólogo y una policía autonómica inspeccionaron el lugar de O Sino

A Ya no habrá más obras en el castro de O Sino, situado en los montes de Lavandeira, parroquia de Castrelo, municipio de Vimianzo. Y no las habrá porque el Concello las paralizó de una forma ciertamente visible: con un precinto de la Policía Local en pleno acceso. De todos modos, sí que es cierto que los titulares de la finca en la que se realizaron las obras de explanación, y que provocaron la destrucción de parte de la muralla exterior, ya cesaron con los trabajos el miércoles, tan pronto se enteraron de que la zona estaba protegida.
Quien sí atravesó el precinto ayer fue un arqueólogo de Patrimonio, Tomás Rodríguez Fernández, quien realizó una inspección visual del terreno afectado. Resultó sorprendente que, a los pocos minutos, encontó unos fragmentos de teja y vasija, muy pequeños, que en su día pertenecieron a los moradores de este castro.
En opinión de este experto, «dentro do malo houbo bastante sorte». Y se explica: «Se realmente houbera destrozos fondos, aparecería moita máis cerámica ou obxectos. Pero, neste caso, é superficial, non afecta ós niveis fértiles, isto posiblemente se depositara xa despoios de abandoar o castro».
Esto no hubiera ocurrido si se hubieran realizado perforaciones o surcos, como los que se practican para plantar eucaliptos. «O que hai é moita terra movida, que chega ata os 15 ou 20 centímetros, só en niveis superficiais», aunque sí que parte del castro ha quedado tocado, incluso puede que un acceso.
El arqueólogo tomó un buen número de fotos y notas, que aportará al informe que elaborará la próxima semana. Después, será la Subdirección Xeral de Patrimonio la que actuará en consecuencia.

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